Tras el fallecimiento de su hijo Jett -en enero de 2009 luego de sufrir un fuerte ataque convulsivo-, el actor John Travolta perdió el interés por la vida y tuvo que esforzarse día y noche para poder superar el suceso.
"La verdad es que ni siquiera yo sé cómo conseguí recuperarme. La vida no me importaba en absoluto después de la muerte de mi hijo. Me llevó meses levantar el ánimo. Ha sido, con diferencia, la peor experiencia de toda mi vida", confesó el actor.





