Al mejor estilo de Irving Saladino o a monchinche, los moradores de calle 1.ª Juan Díaz deben pasar por esta vía, con tal de no mojar sus calzados.
A los que no son tan ágiles o sufren de alguna discapacidad, no les queda de otra que mojarse los pies, y hasta la basta de los pantalones.
Uno que ha vivido en carne propia este páramo es Diógenes Quijano, pues ayer se quedó atorado en los huecos que ha hecho el agua que emana de la tubería rota.